Los niños son como esponjas, imitan todo lo que los padres hacen y lo incorporan en sus propias vidas. Es importante que los padres establezcan buenos ejemplos para sus hijos. Los ejemplos negativos perjudican el desarrollo del niño y pueden conducir a un mal comportamiento.
Comportamiento social:
Desde el básico y educado “por favor” y “gracias” . Los niños imitan a sus padres y aprenden de ellos.
Respuesta ante el stress:
La reacción de los padres al estrés afecta a la forma en que un niño reacciona al estrés. Si un padre reacciona negativamente, el niño aprende a reaccionar de manera negativa también.
Disciplina:
Cuando un padre decide utilizar el castigo físico, como azotes, no enseña al niño a cambiar su comportamiento. Si opta por otras alternativas como jugar con el tiempo de castigo, estará cambiando su conducta.
Peleas:
Si las discusiones entre los padres se llevan a cabo de manera justa y con madurez, el niño puede beneficiarse de ver cómo se resuelven los conflictos, las peleas verbales y físicas son extremadamente duras para los niños. Los niños pueden culparse a sí mismos de los argumentos de sus padres y pueden ser traumáticos para los próximos años. Los niños pueden desarrollar una baja autoestima y puede incluso tener comportamientos violentos hacia otros niños. Las familias disfuncionales crían hijos disfuncionales. Los niños a menudo repiten esta conducta en sus relaciones futuras.
Abuso infantil:
El abuso infantil provoca conductas antisociales y destructivas graves en el niño. Esto se debe a que los niños víctimas de abusos tratan de hacer frente y entender por qué están siendo objeto de abusos. Los padres que maltratan a sus hijos provocan que sus hijos sean agresivos y violentos, tengan problemas de aprendizaje e incluso se involucren en las drogas o el alcohol. Los padres que abusan proporcionan todo lo contrario de lo que un niño necesita para crecer sano. En su lugar, destruyen el mundo interior y exterior de un niño.